Como parte del proceso de cierre del Propedéutico Los Teques 2013-2014, los jóvenes Cleiber Flores y Emilio Cadenas elaboraron una definición de la identidad Misionera Claretiana. Una buena reflexión hoy que estamos llamados a Vivir nuestra Vocación Misionera en el 165 Aniversario de la Fundación.
"Según lo que he podido observar y detallar, creo que puedo definir la identidad claretiana, como una manera de ser y vivir especifica, compuesta por la esencia propia de cada misionero en particular, que al integrarse dan como resultado a una persona consciente de sus virtudes y aspectos por mejorar, que sensible a la realidad y el servicio al que está llamado a realizar, es capaz de ayudar y orientar a otros que lo necesiten. Que se forma y capacita constantemente para dar respuestas a las realidades y necesidades de cada persona y lugar de misión donde se encuentre, que se arriesga y da lo mejor de sí, aunque le cueste, que no se apega a sus gustos y maneras propias de hacer sino que se engrana y trabaja en comunidad para realizar la misión por y para los demás, en función de su llamado especifico dentro de la Congregación y la Iglesia". Cleiber Flores
"Un misionero claretiano debe ser un hombre que se conoce bien, que sabe sus fortalezas y debilidades, que puede descubrir en él la acción de Dios, que sabe el camino que ha recorrido y el que quiere seguir: un hombre con un pasado vivido, superado, que le ha llevado a ser integro; también tiene que ser un hombre con una vista puesta en el entorno, que conozca la realidad, que la interprete y encuentre a Dios en medio de ella, un hombre con los ojos abiertos; un misionero claretiano debe ser un hombre que no solo arda en caridad sino que la practique, que la viva y que la transmita. Un misionero debe ser un hombre con visión de futuro, de progreso, de proceso; que le apueste a los ideales, pero que no los sueñe sino que los construya. Eso debe ser un misionero claretiano para mí" Emilio Cadenas
"Según lo que he podido observar y detallar, creo que puedo definir la identidad claretiana, como una manera de ser y vivir especifica, compuesta por la esencia propia de cada misionero en particular, que al integrarse dan como resultado a una persona consciente de sus virtudes y aspectos por mejorar, que sensible a la realidad y el servicio al que está llamado a realizar, es capaz de ayudar y orientar a otros que lo necesiten. Que se forma y capacita constantemente para dar respuestas a las realidades y necesidades de cada persona y lugar de misión donde se encuentre, que se arriesga y da lo mejor de sí, aunque le cueste, que no se apega a sus gustos y maneras propias de hacer sino que se engrana y trabaja en comunidad para realizar la misión por y para los demás, en función de su llamado especifico dentro de la Congregación y la Iglesia". Cleiber Flores
"Un misionero claretiano debe ser un hombre que se conoce bien, que sabe sus fortalezas y debilidades, que puede descubrir en él la acción de Dios, que sabe el camino que ha recorrido y el que quiere seguir: un hombre con un pasado vivido, superado, que le ha llevado a ser integro; también tiene que ser un hombre con una vista puesta en el entorno, que conozca la realidad, que la interprete y encuentre a Dios en medio de ella, un hombre con los ojos abiertos; un misionero claretiano debe ser un hombre que no solo arda en caridad sino que la practique, que la viva y que la transmita. Un misionero debe ser un hombre con visión de futuro, de progreso, de proceso; que le apueste a los ideales, pero que no los sueñe sino que los construya. Eso debe ser un misionero claretiano para mí" Emilio Cadenas