Desde el día 18 de Julio nos disponemos a realizar la experiencia misionera de final de la experiencia formativa con los jóvenes que concluyeron su etapa de Propedéutico en la comunidad Formativa de Los Teques.
Participan de esta experiencia misionera los estudiantes del Propedéutico en su primer año de la comunidad formativa de Los Teques: Cleiber José Flores Cabezas y Emilio José Cadenas. Nos acompaña durante la primera semana de la experiencia el joven José Rafael León, compañero de estudios de los estudiantes de propedéutico, quien por motivos de salud tuvo que regresarse antes de concluir la experiencia. Están acompañados por el estudiante de teología Néstor Antonio Calderón Beleño y por el hermano Jhon Jairo Flórez, responsable de la experiencia formativa.
La experiencia misionera se desarrolló entre los días 19 de Julio y 2 de Agosto de 2014
Los objetivos de esta experiencia eran:
· Realizar la experiencia de misión de final de año formativo con los estudiantes de Propedéutico Los Teques, como parte de su discernimiento vocacional y proceso formativo inicial a la vida Misionera Claretiana.
· Conocer el trabajo misionero que se realiza en la experiencia de las comunidades que atiende el equipo misionero desde la Misión el Triunfo, Piacoa, estado Delta Amacuro.
· Acompañar durante 15 días una de las comunidades que se atiende desde dicho centro misionera.
El día 19 de Julio llegamos a San Felix, estado Bolívar. Fuimos recogidos por el hermano Quiterio Izquierdo, quien nos lleva a la comunidad del Triunfo, desde donde se está atendiendo la experiencia misionera de Piacoa, que atiende las comunidades en el Delta del Río Orinoco. Desayunamos e inmediatamente nos desplazamos a Piacoa. En el recorrido se nos hizo por parte del padre Antonio Santana una breve ubicación geográfica, histórica y misionera de la comunidad del Consejo, donde realizaremos nuestra experiencia misionera y las posibles actividades que se podrían tener allí. Luego de recoger los motores para la curiara y de hacer algunas compras de alimentos que podríamos necesitar, nos desplazamos a la comunidad del Consejo.
La Comunidad del Consejo está conformada por cerca de 426 habitantes entre mestizos e indígenas de la comunidad waraos, en un promedio de 101 familias que conforman dicha comunidad.
Actividades que se realizaron durante la misión
Durante nuestra estadía en la comunidad se realizaron las siguientes actividades:
Celebraciones de la Palabra: En tres momentos durante la experiencia (Julio 20, Julio 27 y Agosto 1) realizamos la celebración de la Palabra los dos domingos que compartimos con la comunidad. El último día de nuestra estadía en la comunidad, luego de la celebración comunitaria tuvimos un compartir fraterno con algunos alimentos que se prepararon y se compartió con la comunidad que se hizo presente (adultos, jóvenes y niños). Las celebraciones de la Palabra fueron animadas por Jhon Jairo Flórez, con la participación de todos los integrantes de la experiencia misionera.
Actividades con niños y niñas: Desde el lunes 21 de Julio en horas de la mañana inicialmente y luego también en horas de la tarde, se realizaron algunas actividades lúdicas y recreativas con niños y niñas de la comunidad. Igualmente se les enseñó a algunos niños y jóvenes la elaboración de algunos tejidos para manillas. Inicialmente se convocó en la escuela, donde llegaron algunos niños de la parte central del pueblo, pero con el transcurrir de los días se fue notando que eran muy pocos (algunos iban de vacaciones a otros pueblos). Visitando el sector donde viven las familias indígenas de la comunidad Warao, y motivados también por un indígena (el señor José) tomamos la iniciativa de realizar algunas visitas allí y convocar a los niños y jóvenes Waraos. Con ellos realizamos también algunas dinámicas, juegos e integración. De este trabajo con niños y niñas se encargó principalmente Néstor con la ayuda de Cleiber, Emilio y José en el tiempo que estuvo.
Actividades con adultos: Se hizo la motivación a algunas personas adultas (principalmente mujeres) para encontrarnos en las tardes a compartir un momento comunitario. Se hizo lectura orante de la Palabra en tres momentos. Se compartió también con ellas y algunas jóvenes la técnica de elaboración de manillas en una tarde. Los encuentros con los adultos fueron menos esporádicos, debido a que muchas de ellas tenían otras ocupaciones o salían del pueblo. Animaron estos espacios Jhon Jairo y Cleiber con la parte musical en uno de los momentos.
Acogida fraterna: Como decidimos ocuparnos en la preparación de nuestros alimentos y del arreglo del espacio de la capilla, ciertos momentos del día luego de las actividades que realizábamos con niños y adultos o al concluir la jornada del día, tuvimos la oportunidad de acoger en dicho espacio a diferentes personas que se acercaron a visitarnos y compartir un rato con nosotros. Fue la oportunidad de brindar acogida a las personas con un café o un refresco, compartir los alimentos que preparábamos o simplemente dialogar. Fueron comunes las visitas del señor Estanislao y sus hijos, doña María, las niñas vecinas Emileinis y Milaxis (La Negra y La Ucha como cariñosamente les dicen) y su hermano Miguel y Derwin, Junior, Don José (Warao) y algunos de sus hijos y su yerno Junior, Kent (que nos animaba con su música y su canto). Es de resaltar el papel que juega dentro de la comunidad la señora Dolores y su núcleo familiar (hijas, nietas): su apoyo y atención a nosotros fue muestra de ese sentido materno en la acogida que nos brindó. Fue esta una manera de conocer y dar la oportunidad de que algunas personas nos conocieran. Todo el equipo estuvo atento a responder a esta dinámica de acogida fraterna con las personas que se acercaban.
Visita a las familias: Para quienes realizamos la misión era la oportunidad de conocer personas nuevas y entrar en relación con ellas. Se trató de conocer la mayor cantidad de familias, acercarse a ellas y dar un saludo, posibilitando que nos conocieran e invitando a las actividades que realizaríamos. Es de notar que en las visitas no se abordó la cuestión religiosa específica, ya que hay muchas familias que pertenecen a la iglesia evangélica que hay allí. En general hubo muy buena acogida por parte de las familias que se visitaron, la generosidad en el compartir lo que se tiene se demostró en los detalles de plátanos, naranjas, pescados y otros productos que nos compartieron. Las visitas las realizaron principalmente Jhon Jairo y Emilio.
Conocimiento de la realidad: Al estar en un sitio y una realidad diferente, fue muy importante conocer la realidad y el contexto geográfico, social, religioso, político y económico. En los diálogos con las personas que nos visitaban y en las visitas a las familias que realizamos pudimos tener un buen análisis de contexto. Las personas nos ayudaron a ubicar en el contexto geográfico del Delta del Orinoco (sus cuencas, comunidades, afluentes); productos de la zona; las variedades de su flora y fauna, los productos que se siembran. El trabajo y el esfuerzo de su gente nos animaron a descubrir en ellos el rostro de Dios que vive y los acompaña en su cotidiano vivir. Su alegría festiva nos mostró la felicidad y el amor por la identidad propia. Nos impactó el sentido crítico de muchas personas adultas de la comunidad que analizan diferentes aspectos de su vivir cotidiano. Nos preocupó la situación de la gasolina (su alto costo en la zona) y su contrabando que es una práctica generalizada; la escases de los alimentos básicos; el ambiente de delincuencia creciente que se vive en la zona (y que va afectando a la comunidad del Consejo); el tráfico de drogas como un fenómeno que va afectando a la población cuando se compromete en ello (las mulas que llevan droga); la influencia de grupos religiosos que ciegan la conciencia comunitaria, explotan a la comunidad y su terrorismo religioso (que vimos en la campaña evangélica los últimos días de la misión); la discriminación por cierta parte de la población a la comunidad warao (lo notamos en el trato entre los niños mestizos con los niños waraos) y en prácticas que se ven como aceptadas (discriminación en la escuela y en el pueblo); las prácticas de ciertos líderes que acumulan para sí y quitan los beneficios que son para todos; la haraganería de ciertos funcionarios pagados por el estado o municipio que no cumplen con sus funciones en el pueblo; el abandono en necesidades básicas de la comunidad (un puesto de salud y un médico para la atención básica). Durante nuestra estadía hubo una actividad por parte de ciertos entes gubernamentales dando respuesta a necesidades de la comunidad, pero queda la sensación en la gente que después de ello queda mayor abandono.
Damos gracias a Dios por esta oportunidad de conocer y compartir nuestra vida en la Comunidad del Consejo.
A la Comunidad de El Consejo por su acogida generosa y su cariño en los días vividos con ellos
Agradecemos a la Comunidad Misionera del Triunfo su atención y acogida fraterna en la posibilidad de vivir esta experiencia con los jóvenes que se preparan para la vida misionera.
Participan de esta experiencia misionera los estudiantes del Propedéutico en su primer año de la comunidad formativa de Los Teques: Cleiber José Flores Cabezas y Emilio José Cadenas. Nos acompaña durante la primera semana de la experiencia el joven José Rafael León, compañero de estudios de los estudiantes de propedéutico, quien por motivos de salud tuvo que regresarse antes de concluir la experiencia. Están acompañados por el estudiante de teología Néstor Antonio Calderón Beleño y por el hermano Jhon Jairo Flórez, responsable de la experiencia formativa.
La experiencia misionera se desarrolló entre los días 19 de Julio y 2 de Agosto de 2014
Los objetivos de esta experiencia eran:
· Realizar la experiencia de misión de final de año formativo con los estudiantes de Propedéutico Los Teques, como parte de su discernimiento vocacional y proceso formativo inicial a la vida Misionera Claretiana.
· Conocer el trabajo misionero que se realiza en la experiencia de las comunidades que atiende el equipo misionero desde la Misión el Triunfo, Piacoa, estado Delta Amacuro.
· Acompañar durante 15 días una de las comunidades que se atiende desde dicho centro misionera.
El día 19 de Julio llegamos a San Felix, estado Bolívar. Fuimos recogidos por el hermano Quiterio Izquierdo, quien nos lleva a la comunidad del Triunfo, desde donde se está atendiendo la experiencia misionera de Piacoa, que atiende las comunidades en el Delta del Río Orinoco. Desayunamos e inmediatamente nos desplazamos a Piacoa. En el recorrido se nos hizo por parte del padre Antonio Santana una breve ubicación geográfica, histórica y misionera de la comunidad del Consejo, donde realizaremos nuestra experiencia misionera y las posibles actividades que se podrían tener allí. Luego de recoger los motores para la curiara y de hacer algunas compras de alimentos que podríamos necesitar, nos desplazamos a la comunidad del Consejo.
La Comunidad del Consejo está conformada por cerca de 426 habitantes entre mestizos e indígenas de la comunidad waraos, en un promedio de 101 familias que conforman dicha comunidad.
Actividades que se realizaron durante la misión
Durante nuestra estadía en la comunidad se realizaron las siguientes actividades:
Celebraciones de la Palabra: En tres momentos durante la experiencia (Julio 20, Julio 27 y Agosto 1) realizamos la celebración de la Palabra los dos domingos que compartimos con la comunidad. El último día de nuestra estadía en la comunidad, luego de la celebración comunitaria tuvimos un compartir fraterno con algunos alimentos que se prepararon y se compartió con la comunidad que se hizo presente (adultos, jóvenes y niños). Las celebraciones de la Palabra fueron animadas por Jhon Jairo Flórez, con la participación de todos los integrantes de la experiencia misionera.
Actividades con niños y niñas: Desde el lunes 21 de Julio en horas de la mañana inicialmente y luego también en horas de la tarde, se realizaron algunas actividades lúdicas y recreativas con niños y niñas de la comunidad. Igualmente se les enseñó a algunos niños y jóvenes la elaboración de algunos tejidos para manillas. Inicialmente se convocó en la escuela, donde llegaron algunos niños de la parte central del pueblo, pero con el transcurrir de los días se fue notando que eran muy pocos (algunos iban de vacaciones a otros pueblos). Visitando el sector donde viven las familias indígenas de la comunidad Warao, y motivados también por un indígena (el señor José) tomamos la iniciativa de realizar algunas visitas allí y convocar a los niños y jóvenes Waraos. Con ellos realizamos también algunas dinámicas, juegos e integración. De este trabajo con niños y niñas se encargó principalmente Néstor con la ayuda de Cleiber, Emilio y José en el tiempo que estuvo.
Actividades con adultos: Se hizo la motivación a algunas personas adultas (principalmente mujeres) para encontrarnos en las tardes a compartir un momento comunitario. Se hizo lectura orante de la Palabra en tres momentos. Se compartió también con ellas y algunas jóvenes la técnica de elaboración de manillas en una tarde. Los encuentros con los adultos fueron menos esporádicos, debido a que muchas de ellas tenían otras ocupaciones o salían del pueblo. Animaron estos espacios Jhon Jairo y Cleiber con la parte musical en uno de los momentos.
Acogida fraterna: Como decidimos ocuparnos en la preparación de nuestros alimentos y del arreglo del espacio de la capilla, ciertos momentos del día luego de las actividades que realizábamos con niños y adultos o al concluir la jornada del día, tuvimos la oportunidad de acoger en dicho espacio a diferentes personas que se acercaron a visitarnos y compartir un rato con nosotros. Fue la oportunidad de brindar acogida a las personas con un café o un refresco, compartir los alimentos que preparábamos o simplemente dialogar. Fueron comunes las visitas del señor Estanislao y sus hijos, doña María, las niñas vecinas Emileinis y Milaxis (La Negra y La Ucha como cariñosamente les dicen) y su hermano Miguel y Derwin, Junior, Don José (Warao) y algunos de sus hijos y su yerno Junior, Kent (que nos animaba con su música y su canto). Es de resaltar el papel que juega dentro de la comunidad la señora Dolores y su núcleo familiar (hijas, nietas): su apoyo y atención a nosotros fue muestra de ese sentido materno en la acogida que nos brindó. Fue esta una manera de conocer y dar la oportunidad de que algunas personas nos conocieran. Todo el equipo estuvo atento a responder a esta dinámica de acogida fraterna con las personas que se acercaban.
Visita a las familias: Para quienes realizamos la misión era la oportunidad de conocer personas nuevas y entrar en relación con ellas. Se trató de conocer la mayor cantidad de familias, acercarse a ellas y dar un saludo, posibilitando que nos conocieran e invitando a las actividades que realizaríamos. Es de notar que en las visitas no se abordó la cuestión religiosa específica, ya que hay muchas familias que pertenecen a la iglesia evangélica que hay allí. En general hubo muy buena acogida por parte de las familias que se visitaron, la generosidad en el compartir lo que se tiene se demostró en los detalles de plátanos, naranjas, pescados y otros productos que nos compartieron. Las visitas las realizaron principalmente Jhon Jairo y Emilio.
Conocimiento de la realidad: Al estar en un sitio y una realidad diferente, fue muy importante conocer la realidad y el contexto geográfico, social, religioso, político y económico. En los diálogos con las personas que nos visitaban y en las visitas a las familias que realizamos pudimos tener un buen análisis de contexto. Las personas nos ayudaron a ubicar en el contexto geográfico del Delta del Orinoco (sus cuencas, comunidades, afluentes); productos de la zona; las variedades de su flora y fauna, los productos que se siembran. El trabajo y el esfuerzo de su gente nos animaron a descubrir en ellos el rostro de Dios que vive y los acompaña en su cotidiano vivir. Su alegría festiva nos mostró la felicidad y el amor por la identidad propia. Nos impactó el sentido crítico de muchas personas adultas de la comunidad que analizan diferentes aspectos de su vivir cotidiano. Nos preocupó la situación de la gasolina (su alto costo en la zona) y su contrabando que es una práctica generalizada; la escases de los alimentos básicos; el ambiente de delincuencia creciente que se vive en la zona (y que va afectando a la comunidad del Consejo); el tráfico de drogas como un fenómeno que va afectando a la población cuando se compromete en ello (las mulas que llevan droga); la influencia de grupos religiosos que ciegan la conciencia comunitaria, explotan a la comunidad y su terrorismo religioso (que vimos en la campaña evangélica los últimos días de la misión); la discriminación por cierta parte de la población a la comunidad warao (lo notamos en el trato entre los niños mestizos con los niños waraos) y en prácticas que se ven como aceptadas (discriminación en la escuela y en el pueblo); las prácticas de ciertos líderes que acumulan para sí y quitan los beneficios que son para todos; la haraganería de ciertos funcionarios pagados por el estado o municipio que no cumplen con sus funciones en el pueblo; el abandono en necesidades básicas de la comunidad (un puesto de salud y un médico para la atención básica). Durante nuestra estadía hubo una actividad por parte de ciertos entes gubernamentales dando respuesta a necesidades de la comunidad, pero queda la sensación en la gente que después de ello queda mayor abandono.
Damos gracias a Dios por esta oportunidad de conocer y compartir nuestra vida en la Comunidad del Consejo.
A la Comunidad de El Consejo por su acogida generosa y su cariño en los días vividos con ellos
Agradecemos a la Comunidad Misionera del Triunfo su atención y acogida fraterna en la posibilidad de vivir esta experiencia con los jóvenes que se preparan para la vida misionera.